LA ALIMENTACIÓN INFANTIL

martes, 6 de mayo de 2008

Los trastornos alimenticios están relacionados, en su mayoría, con costumbres negativas que se viven en la infancia, algunas de estas cuando la madre obliga al pequeño a “comer bien” o la falta de afecto de la madre hacia el bebé en el periodo de lactancia, causando problemas como la obesidad o la bulimia, entre otras.

Desde la edad temprana es de suma importancia que los padres presten atención a las necesidades alimenticias de los pequeños; deben de interesarse en los nutrientes que se les proporcionan, los utensilios que se manejan, la cantidad y tipo de alimentos que se les presentan.
Pero aún más importante es la forma en que los padres obtienen un vínculo afectivo con su hijo al momento de alimentarlo, y de igual manera los estímulos que le proporcionan determinan la calidad de la digestión para que este momento sea positivo.

Desde el embarazo, y luego en la etapa de la lactancia materna, los aspectos que debe cuidar la madre son: alimentarse adecuadamente para proporcionarle nutrientes al bebé, y también es importante que no consuma drogas o medicamentos que dañen los nutrientes de la leche, ya que al ser administrados la mayoría pasa a la leche materna causando efectos teratógenos o malformaciones en los pequeños.

Además de seguir estas recomendaciones el contacto de la madre con su bebé es muy importante; este vínculo se presenta desde la concepción, y al nacer el pequeño necesita conservarlo; por tal motivo es preciso que la madre acerque a su bebé para alimentarlo momentos después del nacimiento.

Es elemental que el recién nacido tenga contacto con la piel de su madre para que sienta seguridad y confianza de los próximos lugares en los que se desplazará y vivirá; igualmente la
madre al momento de amamantar además de tener cercanía con su bebé debe expresarle palabras afectuosas que le demuestren al niño amor.

En esta etapa la sensibilidad de los bebés es lo que predomina, por este motivo su piel y la de su madre son la mejor fuente de comunicación, de tal forma que tienen que conectarse con las sensaciones, cariños y ritmos corporales, a través del contacto constante, ya que esta es una forma de demostrarle que lo quiere, estas sugerencias son fáciles de seguir ya que las madres tienen una forma intuitiva de demostrar afecto a su bebé.

Por medio de este apego mama-bebé se obtendrán múltiples beneficios, como lo son que el bebé adquiere mayor seguridad en sí mismo, y lo motivamos a seguir desarrollándose sanamente, la madre aprende a entender mejor las necesidades de su bebé; además adquiere los nutrientes alimenticios, y afectivos que lo ayudarán a tener un óptimo crecimiento y desarrollo integral.

Después de la lactancia vienen los alimentos sólidos los cuales se deben introducir a partir de los seis meses, entonces a esta edad los nutrientes de la leche materna sólo van a pasar a un plano complementario, por que los alimentos sólidos suministran más variedad de nutrientes.


Para que su pequeño no rechace la mayoría de los alimentos, y la hora de la comida sea divertida, además de seguir las recomendaciones de su pediatra usted puede realizar las siguientes actividades en el hogar:

A partir de los seis meses, dar primero probaditas cada nuevo alimento colado, para que se acostumbre a su sabor, y luego ir incrementando la cantidad y variedad.

Cuando los niños se acercan a un año de edad, la familia los va integrando a la mesa; es entonces cuando los padres pueden facilitarle al niño utensilios propios que a él más le agrade como las cucharillas de plástico de colores que facilitan su manipulación, y permitirle que experimente la consistencia, los sabores y olores de la comida; esto le servirá para conocer sus propios gustos.

La dedicación que le dan los padres a la hora de la comida es muy importante para los pequeños, por tal motivo este momento debe ser relajado, sin exigencias; lo aconsejable es que se den charlas entre los miembros de la familia e integren al niño a estas pláticas, formulándole preguntas como ¿te gusta lo que comes?, ¿de qué color es esta verdura? o ¿jugamos al avioncito?
Según las habilidades de cada bebé, al condescenderle comer solo puede que se ensucie, se le puede permitir si está en casa, o portar un babero si se esta fuera de ella.

En un principió va a usar tanto la cuchara como la mano, o pondrá la comida en la cuchara con la mano, no debe preocuparse, ayúdelo conforme se requiera pero permítale practicar y procure que tengan siempre su propio plato y su vaso.

Al pasar a maternal o ingresar al preescolar la presentación de los alimentos puede ser agradable si se le sirve el platillo con figuras o con diferentes colores, por ejemplo el hacer caritas felices con los alimentos a los niños les agradará, también se pueden imaginar y crear otras figuras en el plato con las que el niño cree una historia al comerse los alimentos.

El tiempo de la comida va unido a los hábitos de higiene, por tal motivo desde que sale el primer diente, se le debe enseñar a lavárselos después de comer, igualmente enseñarle y ayudarle a lavarse las manos antes de comer y después, si es necesario.

También los niños pueden ayudar en la elaboración de los alimentos; puede dejar que acomode las verduras, que exprima los frutos, que pique algunos ingredientes con su ayuda y supervisión, incluso que acomode los cubiertos o servilletas; esto les permitirá adquirir seguridad y sentirse integrados a las labores del hogar.

Tanto en bebés como en los pequeños en etapa preescolar es común que tiren el vaso con agua, esto es por su falta de habilidad motora, no lo regañe, mejor ayúdelo a limpiar juntos el desorden.
Finalmente el momento de la comida es un tiempo habitual de compartir y disfrutar, en el que los adultos pueden hacer que los pequeños se diviertan y aprendan al mismo tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pienso que es muy buena la información, interesante y útil.
M. Ríos

Anónimo dijo...

Todos los temas están interesantes, quisiera saber sobre cuando los bebés empiezan a caminar. Gracias