El control de esfínteres es un proceso de aprendizaje de los hábitos higiénicos relacionados con el orinar y el defecar, que tiene lugar durante la infancia. El control de esfínteres suele ser primero diurno y luego nocturno.
En algunas ocasiones este aprendizaje despierta mucha angustia en los padres y llega a originar situaciones de tensión con los niños, sobre todo cuando comparan a sus hijos con otros niños.
El inicio del control de la orina y de la popó surge alrededor de los 18 a 24 meses de edad, pero es necesario considerar que varía de un niño a otro dependendiendo del grado de madurez y desarrollo de músculos esfínteres y nervios que hacen posible que el niño los controle; también puede variar conforme al grado de estimulación y convencimiento que los adultos, y especialmente las madres ejercen sobre el pequeño, el medio ambiente que le rodea y las presiones que haya en su entorno.
Los niños pasan por un proceso para aprender a ir al baño: primero, el niño se da cuenta de que ha ensuciado el pañal después de haberlo hecho; después se da cuenta de que está orinando o defecando justo en el momento en que lo está haciendo y finalmente, el niño es capaz de identificar cuando siente necesidad de ir al baño, y controla la evacuación hasta llegar al baño.
Es muy importante lograr que el proceso del control de esfínteres sea algo natural, por ejemplo, hacer que el niño observe a su papá hacer uso del sanitario y la niña a su mamá, y permitirle que se familiarice con el inodoro que va a utilizar, sin presionarlo.
Cuando el niño empieza a avisar para ir al baño le puede hacer comentarios positivos para que se dé cuenta de que tuvo una actitud positiva, demuéstrele que se siente orgullosa de él. Como estrategia puede usar colorante azul en el agua del inodoro para “hacer magia” cuando caiga la orina y se modifique el color.
Puede mostrarle al niño, a través de juegos y con sus muñecos, cómo ellos mismos pueden ir al baño, además platicar con su hijo y decirle que ya no usará pañales porque ya es grande y ahora utilizará un calzón.
Es importante que el niño utilice ropa cómoda que le facilite despojarse de ella cuando sienta necesidad de orinar o evacuar; la ropa apretada puede ser un obstáculo para el pequeño quien aún no tiene el suficiente control como para esperar a quitarse la ropa. Lo mejor es que use ropa con elástico en la cintura, y enseñarle con paciencia a bajarlo colocando sus manos a los lados, con los pulgares dentro de la ropa, y a subirlo, con las manos colocadas una al frente y otra atrás.
Es importante que el niño utilice ropa cómoda que le facilite despojarse de ella cuando sienta necesidad de orinar o evacuar; la ropa apretada puede ser un obstáculo para el pequeño quien aún no tiene el suficiente control como para esperar a quitarse la ropa. Lo mejor es que use ropa con elástico en la cintura, y enseñarle con paciencia a bajarlo colocando sus manos a los lados, con los pulgares dentro de la ropa, y a subirlo, con las manos colocadas una al frente y otra atrás.
Establecer un horario es otra medida que ayuda a formar el hábito; por ejemplo, si sabe que defeca 2 ó 3 veces diarias, se le puede invitar a usar el baño a esas horas. Se puede sentar al niño poco tiempo después de haber desayunado o comido, y al despertar, aunque no haya una respuesta positiva. No deje al niño demasiado tiempo sentado, y acompáñelo con palabras que lo animen.
Se sugiere colocar un banquito frente al inodoro de los adultos para que el niño que quiera imitar a su padre se pueda subir y usar el inodoro o utilizar un asiento adaptable para el escusado.
Al principio, el niño se sienta vestido en el inodoro infantil, y a medida que se sienta preparado, se prueba sin pañal o en ropa interior. Permítale vestirse y desvestirse por sí mismo.
Cuando el pequeño se orine o defeque en su ropa, o se le descubra en el momento en que lo está haciendo, se le dice con claridad y sin gritar “aquí no, vamos al baño”, y se le lleva en ese momento, aún si ya terminó, y al sentarlo, se le dice “aquí hacemos pipí (o popó)”. Evite los castigos o regaños, ya que puede ser contraproducente, y ocasionar estrés en él, retrasando el proceso.
En algunas situaciones no se recomienda iniciar del control de esfínteres debido a que pueden crear angustia en el niño; se debe evitar cuando van a cambiarse de domicilio, cuando está por nacer un hermanito o cuando acaba de nacer, en el periodo de ingreso a la escuela o al existir algún conflicto en la familia.
Las actividades deben desarrollarse dentro de un ambiente agradable, sin castigos, sin obligar, ridiculizar o comparar al niño, respetando su proceso y apoyándolo para que logre su independencia. Aprender a ir al baño es otro paso para la independencia del pequeño, que podemos apoyar, con paciencia y amor, haciéndolo sentir como un campeón.
5 comentarios:
Muy lindo el blog, gracias por los tips.
cuando se siente en la nica o inodoro para que haga popo se le puede dar que moldee plastilina y hacer mas ameno este proceso y al hacer pipi se le proporciona unas botellas de agua o refresco con un poco de colorante y objetos para que manipule, se le canta,es importante ademas que una vez que se empieza con el contol no se les ponga pañal porque eso hace que confundamos al niño.
Gracias por el blog tengo un niño de 30 meses y aun tengo problemas con ir al baño por que cuando empezamos el entrenamiento le da estrañimiento y y tengo que suspenderlo tal vez por estres. Muchas Gracias de gran ayuda.
Gracias por los tips, mi niño tiene 29 meses y no quiere hablar como le hago para que me diga que quiere ir al baño gracias.
Hola mi niño tiene 28 meses estamos en el entrenamiento el pipi lo maneja muy bien pero para hacer popo se me esconde y no se sienta ni el dinodoro ni en su vasenilla que concejos me dan
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