Hay madres que dicen que su bebé “no quiso gatear”, pero lo más seguro es que no se le dio la oportunidad; el gateo es un proceso necesario en el desarrollo del bebé, y desde los primeros meses podemos comenzar a preparar al bebé para su logro.
La etapa del gateo puede resultar muy cansada para los padres, pero de grandes oportunidades principalmente en el desarrollo físico de los niños, ya que en este período podrán fortalecer los huesos y músculos de su cuerpo, coordinación en sus movimientos, y adquirir mayor independencia y seguridad en sí mismos.
La etapa del gateo puede resultar muy cansada para los padres, pero de grandes oportunidades principalmente en el desarrollo físico de los niños, ya que en este período podrán fortalecer los huesos y músculos de su cuerpo, coordinación en sus movimientos, y adquirir mayor independencia y seguridad en sí mismos.
El gateo también ayuda a desarrollar sus habilidades intelectuales como la distinción de los caracteres, la lectura y la ortografía. Al desplazar su peso en los hombros, se desarrolla la estabilidad que ayudará a tu niño en la escritura.
El sistema sensorial de tú bebé se beneficia al recibir información de los sentidos y el sistema motor estimulando el movimiento. Desarrolla la fuerza, la coordinación, el desarrollo motor fino (en muñecas, manos y dedos) y grueso.
Fortalece los músculos de los hombros, brazos y tercio superior del cuerpo, que lo beneficiará en el desarrollo de su “extensión protectora” protegiéndolo de golpes al caerse y mejorará el tono muscular. Además tu pequeño aprende a mantener las piernas juntas y estabiliza sus caderas, muy importantes para poder caminar establemente.
Al usar ambas piernas simultáneamente mejora el equilibrio y la coordinación que serán la base para poder caminar tiempo después.
Les enseña a utilizar ambos lados del cuerpo, flexionando un lado mientras endereza el otro, beneficiando las habilidades que necesitará para jugar y practicar deportes en el futuro.
En ocasiones podrá parecer que el gateo puede ser inseguro y poco higiénico, por tanto es importante que tomes las precauciones necesarias, es decir, permite que el bebé explore por sí mismo en un lugar que se encuentre fuera de peligros, y de ser posible en lugares limpios, pero sin limitar su aprendizaje del ambiente exterior como jardines o parques; es importante estar al pendiente de que el bebé no se lleve objetos a la boca, y cambiarlo o lavarlo posteriormente a la actividad.
¿Cómo se puede promover el gateo?
Algunas recomendaciones pertinentes para la realización de las actividades son vestir a tu bebé con ropa cómoda, por ejemplo, el mameluco no debe ser demasiado ancho de las piernas para permitirle moverlas con libertad.
Procura que el lugar por donde se mueva sea limpio y seguro, vigilar los enchufes, alejar los objetos puntiagudos y retirar las cosas pequeñas que se pueda llevar a la boca y todo aquello que sea una amenaza para la seguridad del bebé.
Toma en cuenta el tiempo adecuado para el juego con tu bebé; recuerda que debe tener cubiertas sus necesidades básicas, sueño, alimentación, cambio de pañal, y de estar dispuesto para jugar.
A partir del primer trimestre de vida, puedes colocar a tu niño boca abajo cuando esté despierto con los brazos al frente para que se familiarice con esa posición, y poco a poco ir aumentando estos tiempos de juego, también se le pueden hacer caricias en la planta de los pies, nuca y espalda, provocando movimientos y pequeños desplazamientos. Es importante que te coloques frente a él y lo animes para que el bebé levante su cabeza y te busque. De esta manera se favorece el control de la cabeza y el fortalecimiento de sus brazos.
Conforme sea más capaz, preséntale juguetes al frente para que los mire y los siga de un lado a otro, de arriba abajo, buscando el control de la cabeza, brazos y tronco.
Si se desespera, no lo obligues; levántalo y apapáchalo; pero inténtalo de nuevo más tarde.
Si no logra levantar la cabeza, ayúdalo un poco sosteniéndolo por el pecho, o enrollando una cobija por abajo de sus brazos, por el pecho. Colócalo frente a un espejo y juega con él.
Cuando el pequeño este acostado boca arriba, tómalo suavemente de ambas manos y lleva una hacia arriba y la otra hacia abajo, con movimientos coordinados, permitiéndole tiempo de respuesta, es decir que reaccione al estímulo, tal vez el bebé intente repetir la acción; así se provocará el registro en su memoria del movimiento coordinado de los brazos que utilizará más adelante en el gateo, y posteriormente en la marcha.
De igual forma trabaja las piernas, doblándolas hacia el estómago, primero una y luego la otra, como bicicleta.
Otra actividad que te sugerimos es, en posición boca abajo , muéstrale al bebé objetos sonoros dentro de su campo de visión (30 cm.), elévalo un poco y llévalo hacia ambos lados lentamente, para que el bebé lo siga con la mirada y así logre fortalecer su cuello, brazos y espalda.
En el segundo trimestre, nuevamente en posición boca abajo, puedes poner frente al niño algún objeto llamativo y motivarlo a que se arrastre hasta alcanzarlo, colocando tu mano en sus pies como apoyo para que logre impulsarse. Si no logra avanzar, puedes doblar sus piernas, como en posición de ranita; tu bebé se sentirá incómodo y estirará las piernas, logrando avanzar; es importante recordar siempre alabar cada pequeño logro.
Algo muy fácil de realizar en las actividades cotidianas, es sentarte en el piso con las piernas extendidas, y recostar a tu bebé boca abajo sobre una de tus piernas, de tal forma que sus brazos y piernas puedan tocar el piso; luego dale un juguete para que juegue.
Así mismo, para continuar familiarizándolo con la posición de gateo, mientras tu estás sentado en una silla con tu pequeño boca abajo sobre ambas piernas, coloca alguna imagen colorida en el piso que sea de su agrado para que atraiga su atención y permanezca en la posición un par de minutos.
En el tercer trimestre se continua con los juegos anteriores, y se echa a volar la imaginación, puedes jugar con él a diferentes cosas que lo motiven a moverse, es útil el uso de juguetes y objetos atractivos para él, que se tienen en casa, retándolo para alcanzarlos, y si no lo hace solo puedes ayudarlo a levantarse a la posición de gateo; si no se sostiene, enrolla una cobija en su vientre y jugar con él.
Para aprender a mover sus piernas y brazos, a sostenerse en posición de gateo, puedes ayudarlo para avanzar una pierna y luego la otra, un brazo y luego el otro, hasta alcanzar el juguete; poco a poco se aumenta la distancia, hasta que lo haga por sí mismo.
Así progresivamente, de acuerdo a sus logros sitúa diversos obstáculos en su camino que reten la acción de gatear.
Una vez que tu bebé domine esta actividad, el juego contigo adquiere un rol más activo, para motivar la agilidad y habilidad de tu hijo.
Persíguelo, juega carreras y escondidas, hazle atravesar túneles hechos con cajas o sábanas, llámale para realizar alguna actividad en la casa, pídele incluso ayuda, todo esto con el fin de hacerlo sentir útil, seguro de sí mismo y al mismo tiempo favoreces su desarrollo en múltiples aspectos.
Es necesario estar conscientes de que tu bebé es diferente, y va a avanzar a su propio ritmo; siempre anímalo, motívalo y sobre todo dale amor; alégrate con sus logros, y hazlo ¡un campeón de gateo!