BAJO PESO AL NACER

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Se dice que un bebé nace con bajo peso si al momento del parto pesa menos de 2,5 kg. Si pesa menos de 1,5 kg se lo considera de muy bajo peso al nacer.
Hay dos categorías:
Los bebés prematuros, es decir aquellos que nacen antes de la semana 37 del embarazo. Cuanto antes nace un bebé, menos pesa y mayor es el riesgo de que tenga problemas de salud.
Los bebés pequeños para su edad de gestación o con un retraso en su crecimiento, pero pesan menos de lo normal.

Las causas del bajo peso al nacer pueden variar, por ejemplo:
· los defectos fetales que resultan de enfermedades hereditarias o de factores ambientales.
· Los bebés de un embarazo múltiple (mellizos, trillizos, etc.) suelen nacer con bajo peso. Si la placenta no es normal, es probable que el feto no crezca como debería.
· Los problemas médicos que presentes, influyen en el bajo peso de tu bebé, especialmente si sufres de alta presión arterial, diabetes, infecciones o problemas de corazón, riñones o pulmones.
· Si el útero o cuello es anormal, existe mayor riesgo de bajo peso en tú bebé.

Tú conducta—antes y durante el embarazo— puede afectar el peso del bebé. Por lo que toda mujer embarazada debería:
  • Realizarse un control médico antes de quedar embarazada.

  • Consumir ácido fólico al día, antes de quedar embarazada y durante los primeros meses de gestación.
    Recibir atención frecuente durante el embarazo.
    Comer una dieta equilibrada. Ya que el feto se alimenta de lo que come la madre, puede tener problemas si la alimentación no es adecuada.
  • Aumentar de peso en forma suficiente. Los profesionales de la salud recomiendan que una mujer de peso normal debe aumentar entre 11 y 16 kg durante el embarazo.

  • Dejar de fumar, ya que puede reducir el peso del bebé al nacer.

  • Dejar de tomar alcohol y/o utilizar drogas ilegales, o medicamentos sin receta medica. El uso de estos limita el crecimiento del feto y puede provocar defectos de nacimiento.

Las mujeres menores de 17 años o de más de 35, las mujeres solteras y las que han tenido un nacimiento prematuro con anterioridad corren un mayor riesgo de tener un bebé de bajo peso. A su vez, las mujeres que sufren un excesivo nivel de estrés y las víctimas de la violencia familiar u otras formas de abuso pueden correr mayores riesgos de tener un bebé de bajo peso. La manera más eficaz de prevenir el bajo peso al nacer es la consulta al médico antes del embarazo y una vez embarazada.

En necesario ir al medico si padeces trastornos crónicos, como diabetes y alta presión. Un buen control de estos trastornos, con anterioridad al embarazo, reduce el riesgo de complicaciones durante el embarazo.

Cuando una mujer recibe atención adecuada cuando estas embarazada, es posible identificar los problemas en una etapa temprana y utilizar el tratamiento recomendado para reducir el riesgo del bajo peso del bebé al nacer.


En comparación con los bebés de peso normal, los recién nacidos de bajo peso es más probable que tengan problemas médicos y complicaciones en su desarrollo. Un bebé prematuro y de bajo peso tiene más posibilidades de padecer problemas respiratorios.


El 25 por ciento de los bebés de muy bajo peso al nacer sufre hemorragias cerebrales que pueden causar daños serios o incluso la muerte. Los recién nacidos que sobreviven suelen tener después problemas de aprendizaje o de conducta.

También pueden presentar problemas cardíacos graves, una inflamación grave en el intestino, provocar problemas de vista o incluso ceguera, o bien problemas de anemia.

Es posible que los bebés de bajo peso no tengan suficientes grasas para mantener una temperatura normal en su cuerpo, lo que puede producir cambios químicos en la sangre y un crecimiento más lento.

El uso de equipos especiales en las unidades de cuidados intensivos ayuda a mantener con vida a bebés prematuros que, de otro modo, no sobrevivirían. Pero se ha comprobado que el amor y los cuidados que tu como mamá le brindes aunque sea muy pequeñito el lo recibirá de igual manera si tiene un peso normal.

EL LENGUAJE

martes, 11 de noviembre de 2008



El lenguaje es una capacidad o facultad que desarrolla el ser humano para comunicarse, comienza a partir de la gestación y se construye según la relación del individuo con el mundo que lo rodea. El lenguaje es posible gracias a diferentes y complejas funciones que realiza el cerebro.

El niño asimila y desarrolla poco a poco el lenguaje; para ello necesita el apoyo de sus padres y de quienes conviven con él para que comprenda adecuadamente y sea capaz de expresarse.

Pero ten en mente que ellos pueden percibir mucho más de lo que pueden pronunciar. Puede que no sean capaces de decir ciertas palabras, ¡pero no tolerarán que tú las pronuncies mal!





La dificultad que tenga el niño para adaptarse en su entorno social y familiar también retrasa la aparición del habla; cuando se es muy duro con él se calla y no se expresa; la sobreprotección o la soledad en la que a veces está el niño tampoco favorece el desarrollo del lenguaje. El nacimiento de un hermanito también alterar su desarrollo si se siente desplazado y puede tomar conductas de bebé para llamar la atención.

Cuando un niño no habla correctamente, es necesario prestarle la atención adecuada y llevarlo con un especialista, ya que podría existir algún problema auditivo, psicológico o neurológico.

El niño aprende a emitir, a escuchar y a comprender ciertos sonidos, planificando aquello que pretende comunicar de manera particular. En ellos las palabras tienen un significado general; es decir, nombra con una misma palabra animales y objetos con características en común. Por ejemplo, puede llamar perro a cualquier animal de 4 patas.

La adquisición del lenguaje en el niño cumple las siguientes fases:


  • De 0 a 1 mes: El bebé prestará atención a los sonidos o gritos. Se comunicará a través del llanto buscando la satisfacción de sus necesidades.


  • 2 meses: Produce ruidos y llantos diferenciados según la necesidad del niño o la causa que lo produce.


  • 3meses: Emite vocalizaciones y sonidos guturales “ga, ga” “gu, gu”, empezará a producir balbuceos con algunas consonantes y vocales.


  • 4 meses: Existirá mayor interés por parte del bebé hacia las personas y los objetos, empezará a darse cuenta que los sonidos que emite producirán un efecto en su entorno, aprenderá la función de la comunicación verbal, por ende las vocalizaciones y gorjeos aumentarán.


  • 6 meses: Por medio de los balbuceos empezará a conversar con las demás personas, emitirá más vocales unidas a consonantes para formar sílabas pa/, /ma/, /ba/, /ta/.


  • 8 meses: Es la etapa del parloteo, emitirá más silabas seguidas a modo de respuesta a sus conversaciones, por ejemplo: “da-da”, “ba-ba”, “ma-ma”.


  • 10 meses: Responde a su nombre y a consignas simples tales como “no”, “ven”. Vocaliza de manera más articulada, empieza a imitar palabras.


  • 12 meses: Imita las palabras y la entonación de los adultos. Comprende órdenes y prohibiciones y dice 2 o 3 palabras en promedio.


  • 18 meses: Su nivel de comprensión mejora notablemente, empieza a pedir las cosas señalando o nombrando los objetos, puede pronunciar correctamente un promedio de 10 palabras, señala algunas partes de su cuerpo cuando se lo piden.


  • 2 años: Se interesa más por la comunicación verbal, ya es capaz de expresar frases de dos a tres palabras y utilizar algunos pronombres personales (mío, tú, yo).


  • 3 años: Existe un incremento rápido del vocabulario, cada día aprende más palabras, su lenguaje ya es comprensible. El uso del lenguaje es mayor y lo utiliza al conversar con los demás o cuando está solo.


  • 4 años: A esta edad el niño prácticamente domina la gramática, su vocabulario sigue desarrollándose, utiliza pronombres, verbos, artículos. Esta edad es caracterizada por las preguntas ¿qué es? ¿Por qué? ¿Para qué? .


No todos los niños se expresan igual a la misma edad; el ambiente en el hogar, el trato de los mayores, el estímulo que se les da y la aparición de dificultades en la pronunciación determinan que los niños hablen con facilidad o no. Un niño sano y estimulado puede hablar más rápido que otros; por eso es muy importante el apoyo, el afecto y el amor de las personas que lo rodean, principalmente el de sus padres.

Cómo estimular el lenguaje en los niños:

  • Habla y comunícate con tú bebé, el empezará a conversar por medio de balbuceos, sonidos y luego palabras.

  • Responde verbalmente y con mucho afecto a los sonidos producidos por tú bebé.

  • Haz juegos de labios para que él lo imite, haga sonidos y soplos, imita y refuerza también los sonidos producidos por el bebé tratando de estimular la producción de palabras. Por ejemplo si dice “ma”, diga usted “ma”…. ¡mamá!”.


  • Pon énfasis al vocalizar las sílabas o palabras, la articulación debe ser clara y lenta.

  • Enséñale canciones sencillas y cortas acompañadas de gestos y palmadas.

  • Enséñale cómo se llaman lo objetos que señala o interesan al niño.


  • Juega a producir sonidos onomatopéyicos (sonidos de animales perro, gato, pato, etc.)

Muéstrale láminas, fotos, cuentos, para aumentar el vocabulario del niño.


  • No corrijas al niño cuando no pronuncia adecuadamente una palabra, evita decir “no así no se dice, es así…”, es suficiente con que te escuche pronunciar dicha palabra de la manera correcta y que intente hacerlo, poco a poco irá mejorando, no lo presiones demasiado.


  • Motívalo a que se comunique, a pedir las cosas a través de palabras o frases. No olvides felicitarlo y mostrarte contenta cuando logre hacerlo.